Academia de Formación Integral

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Desarrollo Integral y Formación de Valores

LA HISTORIA DE JOSÉ

JOSÉ, EL NIETO DE ABRAHAM

Comprender la vida de José puede ser mucho más productivo cuando entendemos que Dios se movió en las personas antes de José.

Dios hizo algo incomparable en la vida de su abuelo Abraham, que no sólo cambiaría la vida de su hijo Jacob y nieto José, sino el mundo entero para siempre hasta llegar a cambiar nuestra propia vida.

Comencemos por leer Génesis 11:31

Téraj salió de Ur de los caldeos rumbo a Canaán. Se fue con su hijo Abram, su nieto Lot y su nuera Saray, la esposa de Abram. Sin embargo, al llegar a la ciudad de Jarán, se quedaron a vivir en aquel lugar,

Génesis 12:9

Después, Abram siguió su viaje por etapas hasta llegar a la región del Néguev

¿Dónde vivía Abraham cuando Dios lo llamó a mudarse? 

En Génesis 12:1

El Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré.

 »Haré de ti una nación grande,
    y te bendeciré;
haré famoso tu nombre,
    y serás una bendición.
 Bendeciré a los que te bendigan
    y maldeciré a los que te maldigan;
¡por medio de ti serán bendecidas
    todas las familias de la tierra!»

¿A qué tierra llamó Dios a Abraham a ir?

Trata de imaginarte en la posición de Abraham. ¿Cómo te resultaría difícil confiar tu futuro en las instrucciones vagas de Dios sobre tu próximo destino?

En algún momento  de nuestra vida con Cristo, tenemos que dejar de lado lo que creemos que sabemos que es lo mejor y aferrarnos a lo que él dice que es mejor. Tenemos que abandonar lo que se siente tan natural, y a lo que estamos acostumbrados porque Él promete que nos dará vida. Dios a menudo no nos da una imagen clara de los lugares a los que vamos, solo una imagen clara de sí mismo, para que podamos seguirlo a él allí donde estamos.

Según Génesis 12:3 ¿Quién será bendecido específicamente a través de Abraham como resultado de su obediencia a la dirección de Dios?

CUÁLES SON LAS TRES PROMESAS QUE DIOS HIZO A ABRAHAM:

1.TIERRA: Dios prometió a Abraham y a su pueblo la tierra prometida de Canaán.

2.DESCENDIENTES: Dios prometió multiplicar los descendientes de Abraham haciendo naciones de él.

3. BENDICIÓN: Dios prometió bendecir a Abraham y bendecir a todos los pueblos del mundo a través de Abraham.

Por la gracia de Dios, Dios sacó a Abraham de la familia de su padre, una familia que servía a otros dioses  (Josué 24:2), y le dio a Abraham que lo bendecirá, multiplicaría a su familia y lo haría una bendición para el mundo entero. Y allí comenzó el comienzo de la historia de Israel.

José nació solo dos generaciones después del pacto de Dios con Abraham

Lee Gálatas 3:7-9.

 Por lo tanto, sepan que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe.  En efecto, la Escritura, habiendo previsto que Dios justificaría por la fe a las naciones, anunció de antemano el evangelio a Abraham: «Por medio de ti serán bendecidas todas las naciones». Así que los que viven por la fe son bendecidos junto con Abraham, el hombre de fe.

Pablo usa la palabra FE en estos versículos. Por lo tanto, por la fe, seremos bendecidos y  justificados.

Pero fe en qué? El mundo te invita a tener fe en ti mismo y creer que tú eres suficiente. o fe en la gente, en la religión, en los estudios, jefes, trabajos. 

Leamos Gálatas 3:13-14

Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero». Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.

¿Quién nos redimió y, por lo tanto, es el único digno de nuestra fe?

¿De qué nos redimió Jesús?

¿Qué recibimos como parte de la promesa de Dios a Abraham?

Hay conexiones que Pablo establece entre el pacto de Dios con Abraham y la redención de los gentiles por parte de Jesús . Ustedes y yo somos parte del cumplimiento de esa promesa que Dios le hizo a Abraham hace miles de años y lo podemos ver más adelante en la vida José.

Génesis 17:15-19

También le dijo Dios a Abraham:

—A Saray, tu esposa, ya no la llamarás Saray, sino que su nombre será Sara. Yo la bendeciré, y por medio de ella te daré un hijo. Tanto la bendeciré, que será madre de naciones, y de ella surgirán reyes de pueblos.

 Entonces Abraham inclinó el rostro hasta el suelo y se rió de pensar: «¿Acaso puede un hombre tener un hijo a los cien años, y Sara ser madre a los noventa?»  Por eso le dijo a Dios:

—¡Concédele a Ismael vivir bajo tu bendición!

 A lo que Dios contestó:

—¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac! Yo estableceré mi pacto con él y con sus descendientes, como pacto perpetuo.

¿A través de qué hijo continuaría el pacto de Dios con Abraham?

Génesis 25:19-26.

Esta es la historia de Isaac, el hijo que tuvo Abraham.  Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, que era hija de Betuel y hermana de Labán. Betuel y Labán eran arameos de Padán Aram. Isaac oró al Señor en favor de su esposa, porque era estéril. El Señor oyó su oración, y ella quedó embarazada.  Pero, como los niños luchaban dentro de su seno, ella se preguntó: «Si esto va a seguir así, ¿para qué sigo viviendo?» Entonces fue a consultar al Señor y él le contestó:

«Dos naciones hay en tu seno;
    dos pueblos se dividen desde tus entrañas.
Uno será más fuerte que el otro,
    y el mayor servirá al menor».

 Cuando le llegó el momento de dar a luz, resultó que en su seno había mellizos.  El primero en nacer era pelirrojo, y tenía todo el cuerpo cubierto de vello. A este lo llamaron Esaú. Luego nació su hermano, agarrado con una mano del talón de Esaú. A este lo llamaron Jacob. Cuando nacieron los mellizos, Isaac tenía sesenta años.

¿Cómo se llaman los mellizos nacidos de Isaac y su esposa Rebeca?

Génesis 28:1-4

Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó:

—No te cases con ninguna mujer de aquí de Canaán. Vete ahora mismo a Padán Aram,a] a la casa de Betuel, tu abuelo materno, y cásate allá con una de las hijas de tu tío Labán. Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y haga que salgan de ti numerosas naciones. Que también te dé, a ti y a tu descendencia, la bendición de Abraham, para que puedan poseer esta tierra donde ahora vives como extranjero, esta tierra que Dios le prometió a Abraham.

 

¿Con cuál de los hijos de Rebeca e Isaac confirmó Dios su pacto?

Génesis 29: 21-28

Entonces Jacob le dijo a Labán:

—Ya he cumplido con el tiempo pactado. Dame mi mujer para que me case con ella.

 Labán reunió a toda la gente del lugar y ofreció una gran fiesta.  Pero, cuando llegó la noche, tomó a su hija Lea y se la entregó a Jacob, y Jacob se acostó con ella.  Además, como Lea tenía una criada que se llamaba Zilpá, Labán se la dio, para que la atendiera.

 A la mañana siguiente, Jacob se dio cuenta de que había estado con Lea, y le reclamó a Labán:

—¿Qué me has hecho? ¿Acaso no trabajé contigo para casarme con Raquel? ¿Por qué me has engañado?

 Labán le contestó:

—La costumbre en nuestro país es casar primero a la mayor y luego a la menor.  Por eso, cumple ahora con la semana nupcial de esta, y por siete años más de trabajo te daré la otra.

 Así lo hizo Jacob y, cuando terminó la semana nupcial de la primera, Labán le entregó a Raquel por esposa

¿Con qué dos mujeres se casó Jacob?

Aquí vemos que Dios hizo un convenio con Abraham, Dios luego confirmó el pacto a través del hijo de Abraham y Sara (Isaac). Él continua confirmando este pacto a través del hijo de Isaac y Rebeca (Jacob).

Aquí nos vamos acercando a la historia de José.

Génesis 30:22-24

Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad.  Fue así como ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: «Dios ha borrado mi desgracia».  Por eso lo llamó José, y dijo: «Quiera el Señor darme otro hijo».

¿Cómo la fe de Abraham de seguir a Dios en lo desconocido te alienta? Toma tiempo para pensar tu respuesta.

Lee 2 Corintios 5:7

Vivimos por fe, no por vista.

Hebreos 10:23

Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.  Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.  No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.

Mientras que la fe de Abraham es inspiradora. El plan del pacto de Dios no descansará en la fe humana sino en las promesas de Dios, que están aseguradas en su carácter. Esas promesas prevalecerán a pesar de la debilidad humana, el egoísmo y la división que caracteriza a alguno de los descendientes de Abraham

2a parte

Hasta aquí podemos ver las formas en que nuestras familias de origen afectan nuestro desarrollo y en quién nos convertimos. Afortunadamente, nuestras familias de origen no tienen que dictar las trayectorias de nuestras vidas, especialmente con el nuevo nacimiento y el Espíritu Santo en nuestro corazón. 

2 Corintios 10:3-4

pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo.  Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

Génesis 29:31

Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió hijos. Mientras tanto, Raquel permaneció estéril.

Génesis 30:24

Por eso lo llamó José, y dijo: «Quiera el Señor darme otro hijo

¿ Cómo creen que esta situación afectó el bienestar de Lea como esposa y madre?

Génesis 29:31

Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió hijos. Mientras tanto, Raquel permaneció estéril.

Qué tenía Lea que Raquel quería y qué tenía Raquel que Lea tenía?

Qué esperanzas tenía Lea de que al tener hijos con Jacob cambiara su relación?

Génesis 29:32

Lea quedó embarazada y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén, porque dijo: «El Señor ha visto mi aflicción; ahora sí me amará mi esposo».

Génesis 29:34

Luego quedó embarazada de nuevo y dio a luz un tercer hijo, al que llamó Leví,a]porque dijo: «Ahora sí me amará mi esposo, porque le he dado tres hijos».

Génesis 30:20

Dios me ha favorecido con un buen regalo —dijo Lea—. Esta vez mi esposo se quedará conmigo, porque le he dado seis hijos». Por eso lo llamó Zabulón.

Aunque Jacob eligió a Raquel como el amor de su vida, describa cómo se sentía en Génesis 30:1

Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob:

—¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!

¿Cómo intentó Raquel arreglar su problema de no poder tener hijos?

Génesis 30:2-4

Pero Jacob se enojó muchísimo con ella y le dijo:

—¿Acaso crees que soy Dios? ¡Es él quien te ha hecho estéril!

—Aquí tienes a mi criada Bilhá —propuso Raquel—. Acuéstate con ella. Así ella dará a luz sobre mis rodillas, y por medio de ella también yo podré formar una familia.

Entonces Raquel le dio a Jacob por mujer su criada Bilhá, y Jacob se acostó con ella. Bilhá quedó embarazada y le dio un hijo a Jacob. Y Raquel exclamó: «¡Dios me ha hecho justicia! ¡Escuchó mi plegaria y me ha dado un hijo!» Por eso Raquel le puso por nombre Dan.a]

Después Bilhá, la criada de Raquel, quedó embarazada otra vez y dio a luz un segundo hijo de Jacob. Y Raquel dijo: «He tenido una lucha muy grande con mi hermana, pero he vencido». Por eso Raquel lo llamó Neftalí.b]

¿Cómo la angustia, los celos, y el anhelo en los dos matrimonios de Jacob han afectado el ambiente en que  crecieron los niños?

Recuerden que Dios hizo un pacto con Abraham, bendecir a su familia y traerle una gran nación. Hasta ahora, las cosas no parecen tan prometedoras  como se esperaba.

Actualmente estás aferrado a las promesas de Dios en medio de lo que se siente como una situación complicada? ¿O tal vez estás aferrado a Su presencia en medio de larga espera? Si es así, ¿Cómo lo alienta el pasaje de hoy, a la luz del hecho de que Dios usó a esta familia rota para cumplir sus promesas?

Génesis 30:22-24

 Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad. 23 Fue así como ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: «Dios ha borrado mi desgracia». 24 Por eso lo llamó José, y dijo: «Quiera el Señor darme otro hijo»

Antes, el valor de una mujer estaba ligada a su familia. Su legado se basaba en la capacidad de tener hijos que llevaran el apellido del padre.

¿Cómo se sentiría Raquel cuando tuvo a José en sus brazos sabiendo que Dios mismo tuvo compasión de ella quitándole su desgracia.

Raquel no dejó de orar y pedirle a Dios un hijo. Y Dios no se olvida de nuestras oraciones.

Mateo 9:24

Esperar en él es lo que tenemos que hacer. En el tiempo de Dios y buscarlo siempre para lograr el deseo de nuestro corazón. Orar para que tu fe no desmaye

les dijo:

—Váyanse. La niña no está muerta, sino dormida.

Entonces empezaron a burlarse de él.

Si tu crees, sigue adelante confiando en las promesas de Dios.

José fué una alegría muy grande para Raquel y le quitó la desgracia. Dios cumple sus promesas. Fue fiel al recordar a Raquel porque recordó su pacto con Abraham de que todas las naciones de la tierra serían bendecidas por medio de su familia.

Dios actuó en el momento correcto. 

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