Todas las personas sueñan con ser independientes para hacer las cosas a su manera y en el tiempo que lo desean.
Sin embargo, los hijos de Dios nunca pueden decir que son independientes, porque siempre estarán dependiendo de Dios si quieren tener una vida abundante y feliz.
Qué significa ser dependiente de Dios? ser controlado por Jesús y estar asegurados por Dios?
Cuando nosotros entregamos nuestra vida a Dios dejamos de ser independientes , dejamos de tener el control de nuestras vida y dejamos de tener incertidumbre sobre nuestro futuro.
Jesús nos dice en Juan 15: 4 «Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.
En Juan 15:7 Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.
Nuestra vida está llena de planes, deseos y decisiones que tomamos todos los días.
Sin embargo, Quién sabe lo que va a pasar mañana? En Santiago 4:13-14 dice: » Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: «Hoy y mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero.». Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida?
Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece. Más bien debieran decir:»Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello».
Es muy claro Dios cuando aquí nos advierte que no hay nada que no esté bajo Su control.
Dios cuida de nosotros, nos ama, nos proteje y quiere lo mejor para nosotros.
Por eso no nos mandamos solos. Debemos acudir a El, preguntarle a El si me conviene o no hacer tal o cual cosa, y hacer que mis planes sean los planes que El tiene para mi.
Nuestra vida, emociones, ansiedad, incertidumbre dejémoselas a El para que descansemos en paz y podamos darle la Gloria y honra .
1 Pedro 5:6-7 Humíllense, pues bajo la poderosa mano de Dios ara que El los exalte a su debido tiempo. Depositen en El toda ansiedad, porque El cuida de ustedes.
Humillarse delante de Dios es reconocer que no somos nada sin El y reconocer que todo lo que somos proviene de El.
Así que la humildad no es pobreza, como muchas personas lo piensan, la Humildad es lo contrario a Orgullo.
La humildad es el valor de reconocer mis limitaciones y debilidades, donde no soy más que nadie, pero tampoco soy menos que nadie, y reconocer que todos somos iguales delante de Dios y que todos cometemos errores como seres humanos imperfectos .
Por eso, si sabemos quiénes somos para Dios, hijos suyos, amados eternamente, consentidos y mimados, podemos depositar nuestra confianza en El para que nos guíe y controle nuestra vida.
Nada va a separarte del amor de Dios, (Romanos 8:38) ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los demonios, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo,ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús.
No nos preocupemos más por nuestra vida, qué comeremos o beberemos, ni por nuestro cuerpo (Mateo 6:25.26). Dios cuida a los animales quienes no siembran ni cosecha.
Por nosotros hará mucho más, porque somos sus hijos y El sabe lo que necesitamos. No logramos nada con preocuparnos, debemos ser fieles a Dios, creer Su palabra y confiar en el Señor Jesucristo , quien nos ha salvado y es el dueño de nuestra vida para siempre. El nos compró con Su Sangre y nadie nos puede arrebatar de Su mano.
¿De quién dependes tú? de tu trabajo, de tu jefe, de tu cónyuge, de tus hijos, de tus padres, de tu renta, de tus ahorros?
Mateo 19:29 Y todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos, terrenos, recibirá cien veces más y heredará la tierra.
Somos hijos y como hijos obedientes, hacemos lo que El nos dice, sea lo que sea, porque de esa manera veremos las bendiciones en nuestra vida. Controlada, manejada, protegida por el Dueño del Oro y la Plata, El Señor de señores, nuestro Padre Celestial, nuestro Consejero admirable, nuestro Príncipe de paz, nuestro Dios de amor, Grande y Sublime.