Dios es bondadoso y tierno, lento para la ira y grande en misericordia.
Si sabemos lo anterior con firmeza, podemos comprender que los errores que hemos cometido en el pasado y nos producen vergüenza delante de Dios podemos superarlos reconociéndolos delante de Dios, confesarlos, arrepentirnos y enmendar nuestra conducta ante nuestro Señor Jesucristo.
Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Cuando confesamos nuestros pecados y nos arrepentimos sinceramente, nunca más volveremos a cometer el mismo pecado porque Dios nos limpia y nos ayuda a darle vuelta al pecado.
Todo lo que sembramos es lo que cosechamos y si lo que sembramos es orgullo, altivez, soberbia, egoísmo, o rivalidades , nos dominará un sentimiento de culpa y remordimientos.
‘¿Qué hacemos cuando no hemos hecho las cosas bien y no hemos obedecido la Palabra de Dios?
Te invito a analizar la vida de Pedro, uno de los discípulos más cercanos de Jesús, quien estuvo con él por tres años y al final, cuando supo que Jesús iba a ser crucificado negó delante de los judíos que lo conocía.
Pedro era un buen hombre.
Jesús le cambió su nombre, de Simón a Pedro (Roca).
Sin embargo, antes de morir en la cruz, el enemigo de Jesús le mandó a Pedro dardos a su mente de arrogancia, orgullo diciendo ¨yo no voy a hacer eso¨. Pedro cuestiona a Jesús.
Pedro se frustra al ver a Jesús arrestado, y lo niega.
Llora y huye arrepentido de haber negado a Jesús.
Cuando Jesús resucita, se les apareció a Simón Pedro, Tomás, Natanael, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos junto al lago de Tiberíades y los invita a desayunar. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle ¨Quién eres tú?¨, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio a ellos, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado.
Jesús había hecho un fuego parecido al fuego encendido donde Pedro lo negó 3 veces. Un fuego que era para calentar la frialdad de ellos.
Los reunión para desayunar la organizó Jesús con el fin de confrontar a Pedro por las tres veces que lo había negado. El propósito de Jesús no era humillar a Pedro sino sanar su corazón. Pedro estaba con sentimiento de culpa y frío con Jesús por su comportamiento inadecuado ante él .
Jesús amaba tanto a Pedro que quería que Pedro no viviera por siempre con ese sentimiento de culpa y sintiéndose mal por el pecado del pasado. Si sacamos y confesamos todos nuestros pecados delante de Dios, podremos descansar y liberarnos de opresiones en nuestro corazón . Dios quiere que vivamos libres de toda condenación y acusaciones del enemigo que nos atormentan. De esta forma, Jesús hizo con Pedro para que éste cambiara y se transformara.
Pedro necesitaba confesar su pecado de negar tres veces a Jesús y sanar su corazón.
Jesús quiso confrontarlo para que Pedro volviera a ser libre de toda acusación del enemigo y disfrutara de la libertad espiritual.
Por esta razón, al reconocer su pecado, Jesús le pregunta: ¨Simón hijo de Juan, me amas más que a éstos? Sí, Señor, tú sabes que te quiero, respondió Pedro.
Apacienta mis corderos, le dijo Jesús.
Y volvió a preguntarle, Simón, hijo de Juan, ´me amas?
Si, Señor, tú sabes que te quiero.
Cuida mis ovejas.
Por tercera vez, Jesús le preguntó:
-Simón , hijo de Juan ¿me quieres?
A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús e hubiera preguntado ¨¿Me quieres? ¨Así que le dijo: *Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.
Apacienta mis ovejas le dijo Jesús –
En este diálogo, podemos analizar la sanidad que está haciendo Jesús en el corazón de Pedro. Pedro había pecado y estaba con culpa, se sentía avergonzado delante de Jesús porque sabía que había traicionado a Jesús. Jesús produce en él arrepentimiento y saca de su corazón el perdón para seguir adelante. Pedro amaba a Jesús y el hecho que lo haya negado, no significaba que había dejado de amarlo. A veces cometemos pecados por razones inexplicables que después cuando reconocemos que fue un error, nos sentimos culpables y avergonzados. Y eso fue lo que Jesús quiso que reconociera Pedro. Su pecado en el pasado no impediría el amor que sentía por Jesús. Ese amor siempre existió y en ese momento era importante que lo reconociera delante de todos para superar el pasado y seguir adelante con una manera de actuar diferente. Fue así como Pedro fue uno de los discípulos más ungidos para evangelizar, pastorear y predicar la Palabra de Dios.
Muchos de nosotros hacemos cosas malas, pecamos y nos alejamos de Dios, pero cuando reconocemos nuestro pecado, nos arrepentimos y confesamos para seguir caminando con Jesús.
No podemos quedarnos en nuestros errores; tenemos que ir a Dios y enfrentar nuestros pecados para salir avanzando hacia la madurez en Cristo.
Podemos caer muchas veces, peo siempre tenemos a un Dios que nos levanta.
Por lo tanto, estas son las cosas claves para avanzar ante nuestros pecados:
- Reconocer que hemos pecado delante de Dios.
- Confesarle a Dios nuestros pecados.
- Pedir perdón y Arrepentirse, dándole la vuelta al pecado.
- Volver a Dios y caminar con Cristo.
- Obedecerlo y aceptar Su Gracia.
- Dejar de sentirnos mal y comenzar a hacer el bien